DECLARACIÓN FINAL del I Congreso Internacional de Humanidades Ecológicas

I Congreso Internacional de Humanidades Ecológicas: pensamiento, arte y educación ante las crisis y para las transiciones ecosociales

22, 23 y 24 de mayo de 2023, UAM

DECLARACIÓN FINAL

Terminamos tres intensos días de trabajo, en este I Congreso Internacional de Humanidades Ecológicas, con sensación de gratitud por haber podido compartir una gran riqueza de reflexiones, perspectivas teóricas y experiencias prácticas que más de trescientas personas participantes hemos puesto en común.

Como señalábamos en el texto de convocatoria del Congreso, desde hace años se ha ido consolidando un espacio de reflexión colectiva (y un área académica) bajo el rótulo de Humanidades Ambientales (Environmental Humanities en inglés). ¿A qué introducir entonces este nuevo rótulo de “Humanidades Ecológicas?” ¿Sólo se estaría buscando especialización, en esa suerte de nuevos cercamientos (enclosures en campos de conocimiento) que impulsa el capitalismo académico? En nuestra opinión, no es el caso. Creemos que la gravedad de la crisis ecológico-social es tan grande, y la insuficiencia de las respuestas que vienen proporcionando las sociedades industriales resulta tan manifiesta, que hace falta ir más allá de las propuestas formuladas desde las Humanidades Ambientales —aunque los pasos que se han dado por ese camino nos parecen valiosos.

No puede servirnos como marco general el desarrollo sostenible, ahora concretado en los ODS de NN.UU.; hay que marcar distancias decididamente con el antropocentrismo y las propuestas de “capitalismo verde”; el paradigma del crecimiento económico ha de ser superado; la sedicente transición “verde y digital” que ahora impulsan tantas instituciones en los países centrales de nuestro sistema-mundo nos parece engañosa. Creemos conveniente acotar, dentro del área de las Humanidades Ambientales o quizá más allá, un ámbito más específico de Humanidades Ecológicas donde la práctica de la inter- y transdisciplinariedad se asiente sobre una base sólida de realismo termodinámico, geológico y ecológico (realismo que en la cultura dominante brilla por su ausencia).

Ya que vivimos en un “planeta simbiótico” (Lynn Margulis), una perspectiva de simbiosis entre naturaleza y cultura, reintegrando los sistemas humanos en los sistemas naturales, ha de desbrozar senderos para un nuevo humanismo no antropocéntrico, sino más bien “gaiacéntrico” (concediendo a la teoría Gaia el papel fundamental que le corresponde en una cultura amiga de la Tierra). Partiendo de la asunción de los límites biosféricos y los condicionamientos entrópicos, se trata de buscar los procesos y el lugar para una civilización en reequilibrio ecosistémico. Nos hace falta “volver a ser terrestres” (Bruno Latour).

Somos bien conscientes de las enormes dificultades a las que hacemos frente, y nos tomamos en serio la situación de emergencia ecológico-social (no sólo emergencia climática) y las perspectivas de colapso civilizatorio. Pero no podemos tirar la toalla: aunque la posibilidad de un decrecimiento igualitario, consciente y rápido resulta remota (habida cuenta de las relaciones de fuerza y las inercias sistémicas hoy existentes), creemos que sólo esa vía permitiría esquivar lo peor del curso catastrófico de los acontecimientos que hoy se ven venir.

Creemos que nuestras universidades y centros de investigación pueden hacer grandes aportaciones a la transformación ecosocial que necesitamos, pero para ello deben transformarse a fondo a sí mismas. Un primer paso, pero muy importante, es asumir la reivindicación que diversos colectivos de estudiantes, profesores/as y activistas llevan planteando varios años —y que ha dado lugar a ocupaciones de espacios académicos en la Universidad de Granada, la Universidad de Barcelona y otras—: una asignatura obligatoria sobre crisis ecosocial en el primer curso de todos los grados que pueden cursarse en nuestras universidades.

Hoy cunde una posición que cabría formular así: “todo está fatal y nos estamos cargando el planeta; que actúen otros”. Hemos de pasar de eso al “esto me atañe; voy a hacerme cargo”. Nos declaramos contra el negacionismo (de los hechos biofísicos básicos que delimitan nuestras opciones), contra la indiferencia (hacia las responsabilidades) y contra la resignación (a los hechos consumados de quienes destruyen el mundo). Y nos convocamos para organizar un Segundo Congreso Internacional de Humanidades Ecológicas en el plazo de dos años. Por esa vía y muchas otras, vamos a seguir buscando caminos concretos para un humanismo biosférico que contribuya a asentar las bases de una civilización regenerativa y verdaderamente sustentable.

En Cantoblanco/ Madrid, a 24 de mayo de 2023.